El Valencia está viviendo una de las temporadas más caóticas, decepcionantes, tensas y negativas desde que Meriton se hizo con la mayoría accionarial del club. Cuando todo parece que no puede empeorar, lo hace, ocurre, pasa.
Un año más, el técnico que inició la temporada dice adiós al proyecto. Un año más, el proyecto no aspirar a hacer grandes fichajes. Un año más, la propiedad lanza mensajes tomando como tontas y tontos a sus aficionadas y aficionados. Un año más, el equipo está lejos de lo que históricamente puede esperarse de un equipo como el Valencia. Y, un año más, el descenso aparece mucho más cerca de lo deseado.
No es la primera vez que el rendimiento del equipo le acerca a la zona caliente de la clasificación. Sin embargo, siempre daba la sensación de que había peores equipos, que las tres plazas de descenso parecían tener "mejores" candidatos para quedarse con ellas y sucumbir a la bajada de categoría. Ahora, muchas voces sabias en la capital Turia, quieren afirmar que existe esa corriente, que hay equipos en peor situación y con peor historial.
Pero esto es como el cuento de "Que viene el lobo", que nunca venía... hasta que vino. Y el descenso del Valencia es una opción real que ya ha creado algún resquemor demasiado serio, alguna tensión real y que empieza a tener en su historial un peligroso horizonte del que, objetivamente, huir para intentar que se consume.
Sin embargo, ¿sería el descenso la clave para que Meriton se marche? Si el Valencia desciende de categoría, ¿sería el escenario definitivo para los máximos accionistas decidan, por fin, se marchen y dejen abrir las ventanas?
El descenso no sería, a priori, una buena noticia para ningún equipo ni para su potencial social. Ninguna aficionada, ningún aficionado, desearía con fuerzas a principios de temporada que su equipo consiga el descenso. Sin embargo, en los aledaños de Mestalla, muchas, muchos, empiezan a considerar seriamente que un descenso podría ser la clave para que Meriton venda su paquete accionarial y se marche, diga adiós.
Sería empezar de cero. Sería jugar en Segunda División, sí, con todo lo que conlleva, con la enorme exigencia de la categoría de plata, con el temor de poder no ascender el año siguiente... pero sin Meriton. Sin un Meriton que ha ahogado el proyecto, que ha dañado el carácter histórico del club, que ha anulado el potencial deportivo, que ha privado de luchar por los grandes objetivos y que ha creado un malestar general entre la gente que, además, ha acabado convirtiéndose en cierta pasividad al ver que no se van pase lo que pase.
Personalmente, si descender supone que se marchen, que descienda el equipo. El año que viene se abren las ventanas, se intenta hacer reforma, se barre y friega el suelo, se cambian las sábanas y a intentar devolverle la vida al proyecto. Insisto. Si eso supone que se marchen con todos sus vicios y artes cuestionables, sí, por favor.
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