Eden Hazard llegó el 7 de junio de 2019 al Santiago Bernabéu para convertirse en nuevo futbolista del Real Madrid, procedente del Chelsea.
Una incorporación que se produjo en el mejor momento de forma en la carrera del atacante belga. Siendo la máxima estrella del Chelsea, considerado una de los máximos exponentes de la Premier League y con una capacidad de determinación a la altura de muy pocos en el mundo.
Sin embargo, todo ha salido mal. Desde su inicio como madridista, las críticas empezaron a ser la nota predominante. Su físico (que nunca había generado debate en sus siete años como Blue) comenzó a ser tema de conversación y críticas desde el primer día, y desde ese momento se puede decir sin lugar a dudas que empezó con mal pie. El madridismo hizo la cruz de algún modo en aquel momento a Hazard y jamás se remontó la situación.
¿Qué opino de Hazard? He tenido el placer de verle en su mejor momento de forma (algo similar como con Gareth Bale) y era un futbolista extraordinario, totalmente determinante y un líder absoluto. Era una estrella sin lugar a dudas y esa etiqueta era totalmente merecida.
Hazard me parece un futbolista maravilloso. Ojalá volvamos a verle en acción como antaño. Sin embargo, me temo que hay algo personal, de su toma de decisiones, de su forma de vivir su situación en el Santiago Bernabéu, que está provocando todo.
Afirmó que desea cumplir su contrato. No es la primera vez que lo dice. No es la primera vez que, en mitad de un escenario gris como madridista, afirma querer cumplir su contrato. Por ello, se intuye que antepone la comodidad a lo deportivo, antepone su tranquilidad a pelear realmente por volver a su mejor nivel.
Da la sensación de que Hazard está cómodo siendo suplente, sin jugar prácticamente, sin tener minutos, estando a años luz de su mejor nivel. Quiere cumplir su contrato porque, en el fondo, querría cobrar completamente su vínculo profesional con los madridistas.
Es una pena. Es una pena reconocer físicamente a Eden Hazard, recordar lo que ofreció en Stamford Bridge y, automáticamente, al compararlo con la actualidad, ver cómo se ha echado a perder todo, cómo ha decaído, cómo se ha transformado en un futbolista totalmente ausente, casi invisible y sin mayores aspiraciones públicas que la de cumplir su contrato como jugador del Real Madrid.
Tiene contrato hasta 2024, seguramente se marche, tendrá entonces 33 años y, quién sabe, quizás le aparezca alguna oportunidad para que se lo vuelva a tomar en serio y los aficionados que le vimos en su máximo esplendor volvamos a ver alguna perla de su brillo.
Comments