Gareth Southgate nunca ha sido considerado un seleccionador apto para su cargo. Al menos fuera de las islas británicas, puesto que su nombre ha sido, incluso, foco de bromas y comentarios destructivos.
Este tipo de análisis deben obedecer a algún tipo de manía personal, de incluso ignorancia de sus mensajeros, porque deportivamente su trabajo es incontestable, muy positivo y cualquier crítica no parece ser precisamente objetiva.
Southgate llegó al cargo el 27 de septiembre de 2016, sustituyendo a un muy polémico Sam Allardyce en el banquillo e iniciando, así, su etapa como técnico del combinado nacional inglés. Era el salto esperado. Tras firmar buenos resultados en el conjunto Sub21, la explosiva filtración de Allardyce (se demostró reuniones para cobrar dinero por convocar a jugadores), hizo que llegara la oportunidad por parte de la FA para Gareth. A partir de ahí, mejora, sólo mejora para los Three Lions.
Inglaterra se había caracterizado en las últimas dos décadas por ser un combinado repleto de estrellas que brillaban con luz propia en sus respectivos clubes, pero ahí quedaba todo. La selección acogía futbolistas destacados, muy mediáticos, pero a los que les costaba rendir de forma conjunta defendiendo la elástica de la selección.
Sin embargo, desde la llegada de Southgate, la dinámica inglesa ha sido totalmente positiva. Los resultados de Inglaterra desde la llegada del técnico de Watford hablan por sí solos y, objetivamente, son incontestables.
Estadísticamente, totalmente respaldado. Sólo ha perdido el 16% de sus 87 encuentros dirigidos como seleccionador absoluto del país británico. Y, pese a que las cifras son un argumento sólido, lo cierto es que el gran salto adelante se confirma en las majestuosas fases de clasificación para grandes citas (muchas de ellas sin perder) y su posterior participación en los torneos más esperados.
EL MUNDIAL DE 2018
El primer gran resultado llegó en 2018, cuando Inglaterra se convirtió en uno de los cuatro semifinalistas del mundial. Los Three Lions cayeron en la última eliminatoria previa a la final, ante Croacia, en una prórroga que se resolvió a favor de los croatas. Los ingleses no ganaron, pero confirmaron que las estrellas y el poder mediático que arrastran, tenía una base sólida y real.
LA EUROCOPA DE 2020… Y 2021
Pero la dinámica ascendente se volvió a confirmar años después. En la pasada Eurocopa 2020 (que se disputó en 2021 por la pandemia mundial vivida), Inglaterra fue subcampeona, perdiendo en la Final ante Italia. Volvieron a no llevarse la medalla de oro, siguieron sin levantar un trofeo, pero confirmaron nuevamente que el trabajo desde la llegada de Gareth Southgate es demasiado positivo y productivo como para dejarlo en el olvido, primero, y criticarlo, además.
¿POR QUÉ SOUTHGATE ES UN BUEN SELECCIONADOR?
Ha mejorado notablemente el rendimiento de la selección inglesa.
Su trabajo con jóvenes promesas antes de dirigir al combinado absoluto ha permitido incluir a algunas de las actuales estrellas del país.
El rendimiento inglés en grandes torneos, sin ser excelente por falta de títulos, ha mejorado notablemente. En sus dos participaciones estos años, firmaron en ambas ocasiones la llegada, mínimo, a las semifinales.
Ha ofrecido estabilidad en el cargo. Tras cuatro técnicos diferentes en cuatro años (Fabio Capello, Stuart Pearce, Roy Hodgson y Sam Allardyce), la FA ha encontrado en Southgate su seleccionador ideal desde hace ya casi ocho años.
No genera titulares polémicos y la tranquilidad inunda las concentraciones.
Se asegura, eso sí, que su etapa como seleccionador podría tener fecha de caducidad, y se localizaría en el calendario de 2024, tras la participación inglesa en la próxima Eurocopa. Todo apuntaría a que dejaría el puesto, sea cual sea el rendimiento y resultado final de Inglaterra. Hasta entonces, el combinado inglés seguirá rindiendo bien, seguirá confirmando el escenario estrellas/resultados y Southgate seguirá siendo mucho mejor seleccionador de lo que se confirma fuera de las islas.
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