Se acabó. It’s over. C’est fini. Pitido final. El mercado de fichajes de este verano ha cerrado y finalmente se confirmó el surrealismo. Un surrealismo basado en fichajes que no se dieron. Fichajes que sonaron, sonaron y sonaron. Volvieron a sonar. Pero nada, no, no se concretaron.
Tres cajas, tres envoltorios de dimensiones gigantescas. Todo el mundo las veía. Estaban ahí, situadas en la plaza más transitada. Incluso de noche lucían grandes focos de luz para que su visibilidad estuviera garantizada casi las veinticuatro horas. Todas las personas hablaban sobre ellas. Curioseaban, cotilleaban, incluso debatían. Pero nadie sabía que estaban vacías, que no tenían nada en su interior. Tal como las colocaron, se las llevaron.
Meses de informaciones, rumores, más informaciones. A diario, semanalmente, mensualmente. Así desde que se inició en junio oficialmente el mercado. Así hasta ahora, cuando ha finalizado en las grandes ligas. Miles de noticias capaces de afirmar X y afirmar Y en apenas horas, en el mismo día. Uno se levantaba confiado que un jugador se iba a un determinado equipo y se marchaba a la cama pensando todo lo contrario.
Tres no-fichajes, concretamente. Tres traspasos que se dieron por hechos, por cerrados, y finalmente no se realizaron. Gareth Bale, Paul Pogba y Neymar. Los tres grandes protagonistas del verano. Tres jugadores que pudieron cambiar de equipo, que tuvieron altísimas posibilidades de conseguirlo (de hecho se llegó a dar por confirmados sus cambios de aires) y finalmente nada de nada.
Neymar, el PSG, el Barcelona y el Real Madrid. Gareth Bale, el Real Madrid, el fútbol chino, el Manchester United, el Bayern de Múnich y el Tottenham. Paul Pogba, el Manchester United, el Real Madrid y la Juventus. Para aquí, para allá. Ahora sí, ahora no, pero cuidado a dentro de unas horas, o mañana.
Así todo el verano. Así durante meses. Tres fichajes que al final se han convertido en operaciones estériles, en puro humo. Ahora llega la ventisca y se esfuma todo. Dicen las voces sabias del lugar que el mercado de fichajes está lleno huecos vacíos, de rumores que no tienen ni pies ni cabeza, de informaciones que se crean puramente para rellenar, para rellenar espacios televisivos, escritos y radiofónicos. Es uno de los clásicos veraniegos por excelencia.
En este caso parece que ese no ha sido el contexto. Pogba afirmó abiertamente que quería marcharse del Manchester United. La pretemporada de Gareth Bale ha tenido altibajos con pruebas reales de que pudo estar fuera con las palabras de Zidane en rueda de prensa y la no-participación en algunos amistosos del Real Madrid. Y de Neymar ha habido imágenes reales del club barcelonista viajando a París para cerrar el fichaje. Pero lo cierto es que finalmente, tras meses de infinitas informaciones, todo ha acabado como comenzó, todo ha vuelto al punto de origen.
Neymar, Pogba y Bale seguramente hayan sido los tres protagonistas más relevantes a nivel mediático del mercado de fichajes, pero el resultado es tan sorprendente como surrealista: nada cambia. Seguirán en los mismos equipos. Un verano de desgaste, sin lugar a dudas. Un desgaste inútil. Culebrones sin argumento real.
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