Javier Tebas, como máximo representante de LaLiga en España, sigue comentando y dejando su opinión en multitud de temas. Muchos de ellos, curiosamente, externos a su puesto, externos a su empresa, externos a lo que propiamente debería ser importante.
Tebas tiene en la Premier League una obsesión, un espejo en el que fijarse, y es razonable. El campeonato inglés lleva varios años que, de forma incontestable, sin lugar a dudas, es la mejor liga del mundo. En la última década, la competencia era alta y la balanza no se decantaba claramente a favor de ninguno. Sin embargo, ahora no hay color.
Tebas se ha postulado absolutamente en contra del proyecto de Superliga que, entre otros, han potenciado algunos de sus equipos. En lugar de intentar limar asperezas con Real Madrid, FC Barcelona o Atlético de Madrid para intentar hacerles ver que es una decisión errónea, su objetivo era criticar rotundamente el hipotético futuro campeonato.
Tebas, ahora, más recientemente, ha criticado la Kings League, un torneo de streamers que ha conseguido audiencias muy interesantes. De nuevo, pese a que este proyecto no es una amenaza real para LaLiga ni a nivel de audiencias, de rutinas ni de presupuestos, él ya ha dejado claro que "La Kings League es un circo, es como si comparas #LaLiga con Pasapalabra".
El máximo mandatario del fútbol español critica todo lo del exterior, echa tierra encima de todo aquello que destaque más que LaLiga y se convierta en amenaza.
Todo ello, claro está, sin mover un dedo para que el fútbol nacional recupere su mejor nivel, para que los presupuestos de los equipos sean más voluminosos, para que el reparto televisivo sea más justo y equitativo, para que los grandes jugadores no sigan yéndose en masa a otras ligas (principalmente, la Premier League, la referencia), para que los grandes no sigan abriendo más brecha respecto al resto...
Tebas sigue silenciando los defectos de LaLiga, sigue sin solucionar sus problemas, en favor de criticar todo lo que brille fuera como aquella situación popular en la que se critica todo lo bueno que hace el vecino porque en el entorno propio no existe y crea frustraciones.
