El Arsenal no está viviendo la temporada esperada. A nivel de sensaciones, claro, no tanto en términos estadísticos.
Los Gunners están en la batalla (actualmente, a cinco puntos del liderato, con un partido menos), pero la irregularidad de las últimas semanas ha instalado unas dudas que, lejos de tranquilizar, han puesto en la diana mediática su dinámica de resultados.
Una dinámica, eso sí, más conocida de lo aparentemente aceptable ahora mismo. Es cierto que el curso 2022-23 supuso un gigantesco paso adelante del Arsenal en una Premier League que batalló junto al Manchester City hasta las últimas jornadas de temporada. No ganaron, pero plantaron cara, se erigieron como un proyecto tan sólido como rentable, e instalaron un status que permitieron, por ejemplo, la llegada de Declan Rice el pasado verano.
El conjunto del norte de Londres no atraviesa un buen momento de forma liguero. Los de Mikel Arteta sólo han ganado 1 de sus últimos 5 partidos, han sumado 4 de los últimos 15 puntos en juego y sólo dejaron imbatida su portería en una ocasión. Eso ha provocado, visualmente en la clasificación, la bajada desde el ilusionante liderato de la competición hasta una actual cuarta plaza amenazada por el Tottenham.
ÚLTIMOS CINCO PARTIDOS LIGUEROS DEL ARSENAL
Derrota 1-0, a domicilio, frente al Aston Villa.
Victoria en casa, 2-0, ante el Brighton & Hove Albion.
Empate 1-1 contra el Liverpool, en Anfield.
Derrota 0-2 en casa, en el derbi ante el West Ham.
Derrota 2-1, a domicilio, en otro derbi londinense frente al Fulham.
Sin embargo, lo que puede parecer algo negativo, un paso atrás respecto al curso anterior (que lo es), es realmente una preocupante y criticada dinámica del Arsenal en la última década. Una dinámica criticada, enfocada, acentuada y debatida.
El Arsenal comienza la temporada entre los candidatos al título. Ahora con Mikel Arteta, por motivos obvios, pero anteriormente a su llegada, por motivos puramente históricos y no tanto deportivos. Pero lo hace. Llega agosto, comienza la Premier League, y el Emirates Stadium acoge uno de los grandes focos de la temporada.
Sin embargo, todo cambiaba cuando llegaba el mes de diciembre, la recta final del año natural. Como le ha ocurrido actualmente. De hecho, se convirtió en uno de los debates más fervientes entre conocidos y extraños sobre el rendimiento Gunner. El Arsenal se desinflaba, casi automáticamente, y perdía cualquier opción real de ser campeón casi a la primera de cambios.
La dinámica no ha supuesto paso atrás real. Sí respecto a la pasada temporada. Pero el paso atrás, objetivamente, no existe. Simplemente, es una temporada más en su historial reciente. Debería verse al revés. Esta no está siendo una mala temporada (objetivamente, cerca del liderato, no debería serlo). La pasada fue positiva, mejor que a media de la última década. Ese fue el punto destacable.
El Arsenal vive una dinámica no-deseada y todo apunta a que su situación no es tan negativa (porque no lo es, estadísticamente hablando) en términos deportivos como se comenta. La irregularidad es la nota predominante en la zona alta y, por ello, quizás los Gunners sí siguen con opciones de pelear el título. Pero su temporada es más habitual de lo que puede parecer. El brillo y éxito 2022-23 es el punto que partida reciente, pero no habitual.
Llegó diciembre y el Arsenal se desinfló. Una vez más.
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