Ferran Torres puede ser considerado uno de los jóvenes valores más importantes del momento en el mundo del fútbol. El atacante valenciano está viviendo una adaptación total a su nuevo club, Barcelona, dejando claro que, como ya pasó en el Manchester City, es un jugador totalmente adaptable.
Su salida del Valencia estuvo marcada por cierta polémica tras su decisión de no renovar, y sobre sus teóricas formas, que acabó por crear un malestar social sobre su figura. Sin embargo, lo hizo para fichar por un transatlántico como el equipo de Manchester y allí comenzó a dejar claro que era un jugador válido para dos de las más exigentes ligas del mundo. Sus estadísticas no fueron excelentes, pero sí lo suficientemente positivas como para dejar claro que tiene potencial suficiente para rendir en la élite.
Su etapa en Manchester fue de más a menos, y no un menos demasiado bajo, pero lo cierto es que sufrió cambios respecto al inicio. Ferran Torres pasó a ser secundario y la falta de los minutos esperados fue clave en la propuesta del Barcelona para volver a LaLiga.
En el Barcelona mantiene su estilo, su presencia en el área, su desequilibrio, y lo viene complementando con un estatus de fijo en las convocatorias de Luis Enrique con España.
Seguramente esté viviendo el momento más dulce de su trayectoria como profesional y no parece fruto de la casualidad, ya que tanto en Manchester, primero, como en Barcelona, ahora está confirmando las facultades técnicas y deportivas que ya comenzaba a ofrecer en sus primeros pasos profesionales en Mestalla.
No es un goleador nato. Su fuerte no es la figura del '9' en su equipo, pero es en el juego exterior donde nace la clave de su aportación. Ya puede ser considerado un acierto su fichaje por el conjunto azulgrana porque, además, su llegada ha coincidido con el giro de rumbo deportivo del Barcelona.
Ferran Torres se ha consagrado en la élite de forma rotunda. Primero, cumplió con creces en Inglaterra; luego, mantiene su progresión en España por segunda vez en su vida.
