El Rangers ha dejado atrás los peores años de su historia. Tras desaparecer, refundarse y tener que iniciar desde las categorías más inferiores del fútbol escocés, no sólo ha conseguido volver a escribir interesantes capítulos en Escocia, sino que lo está complementando con participaciones continentales más que positivas.
Los de Ibrox Park han vuelto a ser el equipo de antaño en tierras escocesas para pelear de nuevo, de tú a tú, con el Celtic por ser campeones al final de temporada. Pero sus objetivos están implantándose más allá de las islas británicas, en Europa, en el viejo continente, frente a rivales cuyas condiciones deportivas son superiores a las locales.
Por segundo año consecutivo están firmando buenas actuaciones en Europa League. Tras llegar hasta cuartos de final la temporada pasada de la mano de Steven Gerrard, en el presente curso vuelven a ser protagonistas de forma clara. Esta vez mejor, llegando hasta las semifinales, y dejando claro que su potencial con Gio van Bronckhorst está a la altura de los más destacados.
Los protestantes de Glasgow han mostrado todas sus caras, todas ellas positivas. Han sabido ganar con solvencia, ganar sufriendo, remontar eliminatorias con trabajo. El reto de estar en la final no parece sencillo, puesto que frente a ellos estará otro de los equipos más en forma de Europa, como es el RB Leipzig, pero en sus anteriores eliminatorias tampoco parecían partir con el cartel de claro favorito.
Estar en la final es un reto grande, ganar el título una meta inmensa. Pero algo queda muy claro. El Rangers ya ha firmado un fantástico campeonato y, pase lo que pase, han vuelto a demostrar que han vuelto para conseguir grandes momentos de fútbol.
El RB Leipzig es el siguiente reto continental de un Rangers que sueña, sueña mucho, sueña despierto, con conseguir una histórica temporada para sus aficionados.
