El Brighton ha firmado una temporada positiva y ha sido uno de los equipos ingleses más destacados. Sin lugar a dudas. Un proyecto, el de las Gaviotas, que ha sufrido golpes inesperados y que, pese a ello, ha sabido sobreponerse a todo para salir adelante de forma extraordinaria.
IMPORTANTES BAJAS
El conjunto del Falmer Stadium vio cómo dos de sus piezas claves respecto al curso anterior decían adiós a mitad de temporada. Graham Potter, que venía firmando años interesantes con los sureños, dejó el banquillo con destino Stamford Bridge para ser sustituto de Thomas Tüchel.
Semanas más tarde, en el mercado de invierno, una supuesta mala relación entre Roberto De Zerbi y Trossard hizo que la estrella del equipo saliera y acabara convirtiéndose en nuevo futbolista del Arsenal.
Dos piezas claves. Dos líderes en sus respectivos roles del equipo que dejaron el equipo en apenas semanas y en mitad de curso. Un escenario que, a priori, no era para nada positivo ni ilusionante.
EL ÉXITO DE LAS MEDIANÍAS
El Brighton ha firmado una buena temporada, pese a todo. Pese a todo por las bajas sufridas, evidentemente.
Sin embargo, el rumbo del equipo no se ha visto minimizado, no ha sufrido erosión importante y todo ello gracias a futbolistas muy destacados, que han brillado con luz propia pero que, en cambio, no parecen ser catalogados entre las grandes estrellas del fútbol inglés.
Jugadores como Mitoma, Mac Allister March, Groos, Caicedo, Dunk, Robert Sánchez o el joven Ferguson se han convertido en focos individuales del campeonato inglés y, en consecuencia, han creado un colectivo demasiado interesante como para dejarles en el olvido. Todo ello dirigido por un Roberto De Zerbi que se ha convertido en uno de los técnicos destacados de la temporada en las islas.
El Brighton ha sabido reponerse de forma rotunda a dos duros golpes deportivos y de mercado que podían haber hundido las aspiraciones del equipo. Sin embargo, a base de talentos extraordinarios que no cuentan con el escaparate mediático de estrella, no ha pasado.
