El Fulham está firmando una meteórica temporada en el Championship inglés. Considerado selecto miembro del grupo de 'equipos yo-yo' (aquellos que ascienden y descienden con mucha facilidad), ahora le está tocando firmar la cara positiva de sus dinámicas.
El conjunto de Craven Cottage, pese a que restan meses para la finalización de la temporada, puede considerarse virtual equipo ascendido e incluso campeón. Es una realidad. No se trata de ninguna exageración o locura temporal del que escribe estas líneas.
No son sus victorias, su dinámica ganadora, sino que lo está haciendo gracias a unas cifras goleadoras a la altura de los mejores equipos del país. Más allá de Championship, incluso mejorando las cifras de muchos conjuntos de la élite, en Premier League.
Lo destacable no es que puedan ascender. Entra en lo esperado, en la lógica. Más cuando durante su historia ha dejado claro que ha sido un equipo mucho más rentable en la segunda categoría que en primera.
El Fulham se encuentra entre la espada y la pared deportiva del equipo que es capaz de rendir al máximo, conseguir grandes resultados y coronarse campeón en Championship, pero, a su vez, es capaz de convertirse en un equipo asequible para rivales, previsible, preocupante y decepcionante en Premier League.
Rendir bien en Championship supone el premio del ascenso. No es que el Fulham quiera rendir mal en la Premier League, pero es la consecuencia de ser muy determinante en segunda categoría. Le queda grande el segundo escalón, pero le queda grande el primer foco.
Es su dinámica. Es su rutina deportiva. Algo similar le ocurre al Norwich. Son equipos que rinden muy bien abajo y decepcionantemente arriba.
Craven Cottage está acogiendo esta temporada a los equipos con más victorias y más goles a favor ya no sólo del fútbol inglés, sino que su rendimiento está muy valorado en el resto de Reino Unido, Europa y en todo el mundo.
Es cierto que están en segunda división, pero equiparar las cifras ofensivas (sobre todo) con los grandes equipos del fútbol europeo es un dato que, por muy cuestionable que pueda parecer para muchos, es digno de ser destacado, subrayado y comentado.
Parece que su ascenso parece un hecho virtualmente cerrado y el trofeo se marchará al romántico estadio de Craven Cottage con el río Támesis abrazando su logro. Pero, la gran clave será qué pasará con ellos la próxima temporada.
