El presente año no es uno más. Como diría cualquier aficionado al fútbol, es 'año de mundial'. A finales de este 2022 llegará la tan comentada, y polémica, cita mundialista de Qatar, y provocará que las temporadas como se conocen desde hace décadas sufran un patrón tan antinatural como raro. El mundial paralizará el curso deportivo a nivel de clubes y dará paso, durante cerca de un mes, a la siempre tensa, emocionante y romántica batalla deportiva por la máxima corona del fútbol mundial.
Inglaterra vive uno de sus mejores momentos en términos futbolísticos. Tanto el nivel de la Premier League como el rendimiento de la selección en las últimas grandes citas parecen haber confirmado un paso adelante para los británicos, y Gareth Southgate lo sabe.
El seleccionador inglés tiene una joven plantilla que aspira a seguir rejuveneciéndose por la constante fábrica deportiva de jóvenes valores ingleses que siguen alcanzando la élite británica para optar, de forma automática, a entrar en la siempre prestigiosa lista de convocados de los Three Lions.
Southgate tiene un problema. Un bendito problema, seguramente. El nivel de los porteros ingleses este año está siendo como pocas veces visto. El seleccionador inglés deberá descartar a un buen portero. Es la realidad. El rendimiento de varios (demasiados teniendo en cuenta que sólo irán tres) guardametas ha creado ya en las islas británicas un debate popular sobre quiénes serán finalmente los elegidos.
Como digo, un bendito problema. Un bendito problema por abundancia, por cantidad, y no por tener que encontrar soluciones aparentemente no disponibles. Aparentemente, cuatro son los grandes nombres que, a priori, podrían opositar seriamente a una de las tres plazas. Lógicamente, tres plazas para cuatro jugadores, provocará que uno de ellos se quede fuera pese a su buen nivel. Todo esto, claro está, con la posibilidad real de que, quién sabe, pueda unirse algún nombre más.
Nick Pope, Jordan Pickford, Aaron Ramsdale y Dean Henderson están brillando con luz propia en estos primeros meses de temporada. Todos ellos, los citados, parecen estar pugnando desde su candidatura individual en una batalla que es extraordinaria para el aficionado, exigente (mucho) para el seleccionador y estricto para los protagonistas implicados.
Pope ya brillaba en la portería local de Turf Moor y, por ello, para nada sonó a locura el interés del Newcastle para su esperado proyecto con los nuevos inversores. Jordan Pickford está siendo (junto a Gordon) la mejor noticia del preocupante y dubitativo inicio de temporada del Everton con paradas de todos los tipos y todos los colores. Aaron Ramsdale sigue ofreciendo un estado de forma espectacular que inició el curso pasado cuando Arteta decidió sentar a Leno y darle la oportunidad a él. Y Dean Henderson ha encontrado en el City Ground de nuevo un escaparate para ofrecer sus espectaculares dotes bajo los palos tras su errática etapa en el Manchester United.
Cuatro porteros de muy buen nivel. Cuatro guardametas que son piezas básicas de los esquemas de sus respectivos equipos. Cuatro arqueros que han generado, sin quererlo, un debate nacional de cara a la cita mundialista que ya empieza a brillar en el horizonte. Cuatro profesionales bajo los palos que, de no cambiar mucho el tema, podrían generar un problema para Gareth Southgate en próximas semanas.
¿Quiénes serán los tres elegidos para Qatar 2022? O mejor dicho, ¿quién será el que, de forma injusta, se quede fuera de la lista?
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