Jurgen Klopp triunfó en Alemania y escribió las primeras páginas de una trayectoria como entrenador que ahora, en Liverpool, está tocando el techo más alto que jamás haya conocido. Su carácter, su personalidad, su omnipresente sonrisa, son algunas de sus características más comentadas, pero lo cierto es que el técnico alemán esconde una base mucho más sólida que ello, mucho más justa que una simple sonrisa o una rueda de prensa con bromas.
Klopp es, quizás, el técnico más importante del momento. Su etapa en el Liverpool ha tenido fases de todo tipo. De llegar como el creador de la ilusión perdida (tras un periodo de dudas en el club), a ser cuestionado seriamente sobre su continuidad para, ahora, estar tocando el cielo deportivo y futbolístico con uno de los mejores años en la historia deportiva del Liverpool.
Es una de las claves. Es una de las piezas más básicas de este proyecto. Se habla del excelente tridente Salah-Firmino-Mané. Se comenta sobre Virgil van Dijk, sobre los laterales Alexander-Arnold y Robertson, sobre Alisson, sobre la excelente e histórica racha de resultados del Liverpool. Pero todo, absolutamente todo, está capitaneado por un Jurgen Klopp que lidera como pocos. Un entrenador técnicamente a la altura de los mejores. Un técnico psicológicamente a la altura de los más prestigiososos. Un profesional capaz de entremezclar sus excelentes conocimientos deportivos y de gestión de grupos con una personalidad que tienen pocos en el planeta fútbol.
Un padre para algunos. Un amigo para muchos. Un tipo que guarda la mejor de las sonrisas para los suyos en los buenos y en los manos momentos. Su a veces desorbitada gestualidad, su gran expresividad, han creado sobre él un aura especial, un foco acentuado que le convierten en protagonista cada semana. Todo ello, además, apoyado por unos resultados históricos que le convierten en uno de los mejores entrenadores del mundo.
Jurgen Klopp vive el mejor momento de su carrera como entrenador. Campeón de Europa por partida doble (Champions League y Supercopa de Europa), histórico subcampeón de Premier League la pasada temporada con nada más y nada menos que 97 puntos, y ahora ya parece ser el virtual campeón de liga con cifras históricas (el mejor inicio liguero tras 21 partidos). Su Liverpool se ha ganado con peso total y absoluto el cartel de equipo a batir, de muralla deportiva. No pierden. No caen. Grandes citas y citas menores. El Liverpool ha conseguido establecer la tranquilidad para que partidos en los que a priori no deberían sufrir sean precisamente eso. ¿Cuántas veces equipos pequeños han salido victoriosos de Anfield? ¿Cuántas veces equipos aparentemente inferiores obtenían resultados positivos ante los Reds? Eso parece historia. Y parece historia porque el Liverpool ha conseguido establecer esa estabilidad que, a largo plazo, le permiten ser un equipo temido, casi imbatible.
El Liverpool vuelve a ser el Liverpool. La mítica grada de The Kop vuelve a saber que el histórico equipo glorioso que gobernaba en Inglaterra y Europa está de vuelta. Tras años de nocturnidad, de oscuridad, de muchas dudas, de proyectos sin base alguna, ahora todo es dorado, glorioso, con tintes históricos y gran parte de ‘culpa’ recae sobre la figura de Jurgen Klopp.
Aplaudan a Jurgen Klopp.
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