Wembley es la casa del fútbol en Inglaterra. El gran coliseo, el gran estadio, el estadio mítico que, pese a no ser el original (demolición en 2002 y finalización de obras en 2007), mantiene ese romántico nombre que todo el mundo adora. El hogar de los Three Lions, el lugar donde los sueños ingleses se convierten en realidad tanto a nivel de selección como de grandes citas domésticas y, desde la pasada temporada, también para los aficionados del Tottenham.
Pero no parece ser una estancia agradable para los Spurs. El conjunto londinense no ha conseguido establecerse a su nuevo hogar. Juegan allí, son locales, es su estadio, pero nada parece igual que en White Hart Lane (ahora en obras para el futuro estadio que, según lo previsto, estará disponible en 2018). Ya dejaron claros síntomas de falta de adaptación en Wembley la pasada temporada, donde jugaron los partidos de Champions League porque White Hart Lane había empezado las obras, podían jugarse partidos, pero la UEFA no permitía disputar encuentros europeos por la seguridad que debe asegurarse en citas continentales. Cayeron en la Fase de Grupos, con 2 derrotas de sus 3 partidos disputados en Wembley, sólo ganando al CSKA Moscú en la última jornada, cuando todo parecía sentenciado.
Esta temporada la línea parece similar. Sí, consiguieron una importante victoria en el debut europeo contra el Borussia Dortmund, ganando 3-1, pero es la única nota positiva en su nuevo hogar. En Premier League, cifras preocupantes. 3 partidos disputados como locales, 0 victorias, con 2 empates (Burnley, Swansea) y 1 derrota (Chelsea). La inflexión llega cuando se comparan los datos con los partidos como visitante, cuando se exponen grandes resultados, con pleno de victorias. El Tottenham ha disputado 3 partidos ligueros a domicilio con pleno de victorias (Newcastle, Everton, West Ham), dejando claro que su rendimiento mejora notablemente como visitante.
El Tottenham no rinde en casa, duerme mejor en camas ajenas, en los mejores hoteles de la élite inglesa. Algunos extrañan las camas cuando toca hacer noche en casas de amigos, familiares. ¿La almohada, el colchón? Manías y necesidades personales. Pero no parece ser el caso del conjunto de Pochettino, que rinde mejor, descansa mejor, consigue mejores resultados cuando sale, cuando visita, cuando es recibido en hogares de terceros.
¿Tiene Wembley algo especial? Seguramente, pero no con consecuencias positivas para el rendimiento de su nuevo equipo. El Tottenham tiene dos caras bien contrastadas. Permisivo en casa, autoritario a domicilio. ¿Cambiará la dinámica? ¿Se mantendrá esta doble versión Spur? ¿Será clave para sus aspiraciones reales de ganar el título o, en su defecto, entrar en puestos europeos?