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Dinero, distancia y un Clásico de madrugada


El Real Madrid y el FC Barcelona disputaron un esperado Clásico veraniego en Miami que mantuvo a millones de personas pendientes del televisor en plena madrugada de un sábado del mes de julio. Un partido que fue más mediático que deportivo, que tuvo más tintes económicos que futbolísticos y que sirvió de cátering para unas redacciones de medios de comunicación en plena hambruna veraniega.

Un partido de pretemporada, con ausencias, con un nivel físico por debajo de lo que podrá verse dentro de varios meses, pero un Clásico al fin y al cabo. Un partido simple explotado para que se convirtiera en un evento mundial, universal, y parece que lo consiguieron. El claro ejemplo del rumbo adquirido por el fútbol actual, donde priman valores alejados de los deportivos, donde el negocio ha ganado terreno y protagonismo.

Sin duda alguna, un Clásico virgen, diferente, nunca antes visto, adelantado a una rivalidad que parece haberse convertido en quimera al recordar esas temporadas en las que sólo se veían las aras dos veces. Este año, por ejemplo, sólo este verano, se enfrentarán en hasta 3 ocasiones.

Un partido que a nivel económico generó millones de dólares simplemente en la venta de entradas, que iban desde los 600 dólares hasta los 4000, llegando a alcanzar los 10000 en reventa. Cifras escandalosas, todavía más cuando se trataba de un amistoso, de un simple amistoso de pretemporada con los proyectos deportivos arrancando, engrasando maquinarias, alejados de sus mejores versiones.

Un partido que a nivel social provocó algo novedoso. Se disputaría a miles de kilómetros de su origen, de sus localizaciones habituales. Lejos del Camp Nou, lejos del Santiago Bernabéu. En Miami, en un estadio patrocinado, donde la publicidad aparecía incluso en los banquillos, repleto de aficionados locales, del continente americano que habían viajado expresamente para ver en directo el primer Clásico (y quizás el último) de sus vidas. Pero todo alejado de tierras madrileñas, alejado de tierras catalanas. En España, los aficionados se presentaban ante sus televisores, en solitario, acompañados de amigos y conocidos, en mitad de una madrugada ya instaurada. Un sábado que tenía planes nocturnos poco habituales, como un partido de fútbol, en este caso uno de los más espectaculares del mundo. Novedoso, sin duda, pero lejos de sus orígenes.

Un Clásico que tuvo una más que comentada aparición de Marc Anthony en el descanso al más puro estilo de la Superbowl, pero que generó todo tipo de comentarios en redes sociales por diversos motivos, desde la realización televisiva, pasando por las canciones elegidas hasta llegar a la conclusión de que su presencia no fue una elección acertada.

El FC Barcelona venció 2-3 al Real Madrid en un Clásico simple, muy básico, que ha sido expuesto a una preocupante máxima potencia que sigue demostrando el poder de manipulación y edición de cara a unos espectadores que están viviendo tiempos de cambio en ese fútbol del que se enamoraron cuando eran simples niños. Fútbol, negocio.

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