Hace unos días tuve una conversación con una compañera de la época del instituto sobre la edición y publicación de libros. Ella ha dado el paso y lanzó recientemente su libro en formato ebook, lo que acabó en una conversación sobre qué formato (físico o digital) era mejor a la hora de hacer frente a la publicación de un libro. Natalia me decía que en el formato ebook sólo veía ventajas, pero mi romanticismo me sigue reteniendo al papel. Me dijo que usara mi público, mi privilegiado escaparate, para tantear de primera mano a esos lectores potenciales a los que irá dirigido mi primer libro. ¿Son más fieles al papel o al formato digital? Hice la encuesta y, tras 5 días vigente, personalmente me llevé la victoria moral:
Más de 7.000 votos en los que el formato papel venció de forma notable, casi autoritaria, ya que más de 3/4 de los votos eligieron esa opción por delante del formato ebook.
Me hace sentir bien que ese público que tengo detrás, con un resultado contundente, tiene la misma visión que yo, pero evidentemente que yo tenga cierto cariño, cierto romanticismo, por el papel, por su olor a tinta, por su tacto, por su poder físico, no hace que cierre los ojos, que me engañe, ante ciertas ventajas que sí tiene el ebook.
Recientemente me dijeron, en otra conversación similar, que el papel no morirá. Soy de esa corriente. Pero además, me lo argumentaron bajo la melodía de que lo vintage está de moda, por contraproducente que pueda resultar. Es cierto. Muchas corrientes, modas, incluso pensamientos, de hace años, de hace décadas, están de vuelta. Si el formato ebook/digital es la actualidad, es lo moderno, es la moda, el formato papel, que sigue existiendo, que permanece en la supuesta sombra, deberá volver. Por lo que si pese a todo sigue existiendo, no ha desaparecido, nunca lo hará.
Evidentemente, ambos formatos los tengo presentes para mi futura publicación. La prioridad romántica, y casi necesaria a nivel personal, es el físico, el papel, pero tiene ciertas desventajas que se convierten en ventajas cuando analizas el ebook. Llegado el momento, posiblemente, no será nada descabellado crear vías en ambas opciones. Eso sí, Natalia, mi público me da la razón. Gracias por aquella conversación tan enriquecedora sobre nuestros proyectos y sueños.
