Real Madrid y FC Barcelona son seguramente dos de los equipos más mediáticos del fútbol europeo y mundial. Si nos arriesgáramos a afirmar que son los que más, no estaríamos muy lejos de la realidad, pero demos cierto margen de orgullo a potencias como Manchester United o Arsenal. Hablamos de poder mediático, que no de poderío deportivo. Son cosas diferentes. Todavía más en esa corriente que muchos han catalogado de fútbol moderno.
Estaremos de acuerdo que las dos potencias españolas son dos enormes equipos. Respetados, incluso temidos, ganadores, solventes, que despiertan pasiones allá donde van. Su status les permite tener un aire de poderío absoluto, tanto a nivel deportivo y económico. Clubes que fichan un alto porcentaje de objetivos de mercado que colocan en su agenda de transferibles. Si alguien está en su lista, es probable que acabe luciendo sus colores la siguiente temporada. ¿O no?
Verano bipolar en el omnipresente puente aéreo Madrid-Barcelona. Mientras el conjunto de la capital española ha cerrado varios fichajes con jugadores jóvenes, deseados, que han reforzado una plantilla que viene de ganar dos Copas de Europa consecutiva, en la ciudad condal los fichajes, según las sensaciones populares, no acaban de ilusionar como deberían, no acaban de llegar las estrellas mediáticas que muchos esperaban tras una temporada por debajo de lo esperado.
Sin embargo, algo ocurre en los medios de comunicación españoles últimamente con aquellos traspasos que suenan (o surgen como el más denso de los humos) y finalmente no se realizan por diversas razones. Se da por hecho, casi de forma natural, que jugar en Real Madrid o FC Barcelona es el sueño de cualquier futbolista, que cualquier jugador dejaría absolutamente todo ante el interés real de una de las dos potencias españolas. Pero parece ser que no. Entonces, desde los grandes medios deportivos muchos acaban preguntándose cómo puede ocurrir, como si fuera algo anormal.
Pongamos algunos ejemplos. Últimamente han surgido nombres como Mbappé, Ander Herrera, Azpilicueta o Paulinho. Ninguno se ha producido, ni para Real Madrid ni para FC Barcelona, y en algunos debates periodísticos (sirva el término periodístico porque se produce en medios de comunicación, y no en un chiringuito de playa) se echaban literalmente las manos a la cabeza al no entender nada. En ocasiones pienso en que ese status de poderío deportivo de La Liga que algunos se atribuyen para consolidarlo como un argumento irrechazable. Como digo, parece que España es lo más deseado, que todos deben rendirse a una oferta aparentemente irrechazable.
Analicemos los casos anteriormente comentados:
-Kylian Mbappé ha sido la gran perla del fútbol europeo, y evidentemente ha sido relacionado muy de cerca como futurible del Real Madrid, entre otros. Parece ser que el interés se ha enfriado, que las grandes pretensiones económicas del Mónaco, han hecho que desde Concha Espina hayan dado varios pasos atrás. El chico que juega en la "débil" liga francesa no cae tentado, de momento, al megaproyecto madridista.
-Ander Herrera ha sido uno de los nombres que han sonado en las últimas semanas en la prensa catalana. Al parecer, según estas informaciones, era petición expresa del nuevo técnico, Ernesto Valverde, quien desea su incorporación para reforzar el centro del campo. Lo que quizás no saben aquellos que se echan las manos a la cabeza porque el jugador no va a forzar su salida es que es pieza clave y vital en el esquema de Mourinho, que juega en una liga poderosísima, que tiene un buen contrato, que él mismo ha confesado que el fútbol inglés le gusta más que el español y que está viviendo su mejor momento personal y deportivo.
-Azpilicueta es uno de los mejores defensas de la Premier League, sin duda. Pieza clave y básica del esquema que permitió a Antonio Conte y su Chelsea coronarse Campeón en Inglaterra la pasada temporada. Un futbolista polivalente de forma rotunda. Tanto de lateral (derecho o zurdo) como de central, incluso en posiciones más adelantadas. Siempre rinde. En Inglaterra cuenta con un respeto y un valor absoluto. Y su protagonismo ha ido aumentando año tras año desde que llegó al Chelsea, hasta el punto de que la pasada temporada jugó todos los minutos en el torneo liguero. Un futbolista que lo tiene todo ahora mismo. Pero parece ser que algunos no entienden que pudiese dejar todo por volver a España.
-Paulinho es el caso más extremo de todo. Por un lado, por sus tintes surrealistas. Un jugador brasileño que no rinde en Inglaterra y que acaba en China, donde está rindiendo a buen nivel y que, además, le ha permitido volver a la Selección Brasileña. Por otro lado, porque muchos afirman que él no es la pieza vital que necesita el FC Barcelona. Pero la prensa deportiva en Catalunya sigue afirmando que es objetivo del club. Sin embargo, el Guangzhou Evergrande, club al que pertenece, no está poniendo fácil su salida (como muchos preveían, y ahora no entienden) y cifran su salida a partir de los 40 millones de euros.
El caso del centrocampista brasileño es el más notable respecto a la prepotencia que estoy notando en los medios. ¿Cómo un jugador que "huyó" a China porque ya no rendía en Europa no lo deja todo para fichar por el FC Barcelona? ¿Cómo un "pobre" equipo chino se pone gallito, pide 40 millones y no cede a las pretensiones de la potencia catalana?
El resto de casos comentados son algo similar. Parece que cuando una de las potencias españolas toca a la puerta de un jugador éste debe dejarlo todo por marcharse, por caer rendido a sus pies. Parece que no hay vida más allá de Real Madrid y FC Barcelona. Y no es así, como está quedando claro.
