El pasado jueves por la tarde llegué hasta el concepto 'rascainfiernos'. Lo antagónico a 'rascacielos', vamos. En vez de para arriba, para abajo. Bajo tierra. El nombre me fascinó. Cuando entendí de qué iba el tema, la cabeza me explotó.
'Rascainfiernos' es el nombre de una casa que construyó el arquitecto Fernando Higueras, en Madrid, en el jardín de su casa. Es demasiado surrealista como para no pararme a investigar. Resulta que a Fernando le aterrorizaba el concepto de 'rascacielos' porque detestaba la imagen que se estaba creando de las ciudades. Por ello, a modo de denuncia (creo, o quiero entender), a modo personal, decidió invertir las torres (nunca mejor dicho) y llevar a cabo un proyecto tan novedoso como implacable.
Imágenes cortesía de la Fundación Fernando Higueras.
Fernando Higueras falleció en enero de 2008, pero su legado sigue maravillando. Conmigo lo consiguió, de hecho. Además del concepto y las maravillosas instantáneas de esa carismática casa, me fascinó la idea de que existe una fundación que recuerda su obra y es posible visitarla. ¡Se puede visitar!
Pronto (al día siguiente, por la mañana) contacté a la Fundación Fernando Higueras para saber si era posible visitar la casa y cuánto valdría. Me contestaron muy rápido. Unos 20 minutos después, tenía de vuelta en mi bandeja de entrada un email confirmándome ambas cosas. Sí, se puede visitar. Sí, es de pago, diez euros, pero creo que valdrá mucho la pena.
Ya miro con ganas la cámara sabiendo que, cuando vaya, volveré a casa con unas fotografías mágicas y muy especiales.
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