El Manchester City ha vivido el que, muy seguramente, es el mejor año de su historia deportiva. El conjunto sky blue de Manchester, tras sellar la pasada Premier League, la pasada FA Cup y la pasada Champions League, a las que se le sumó la pasada UEFA Supercup, ha vivido los meses más en forma de su vida institucional reciente.
Un año clave. Meses que serán recordados por siempre. Un periodo temporal que quedó grabado a fuego en las retinas de millones de aficionados de los citizens. Sin embargo, otro día que será clave en la historia del club, tiene en la figura de Pep Guardiola un foco importante.
El técnico de Sampedor es uno de los más laureados y prestigiosos del mundo. Primero, en Barcelona. Luego, en Múnich. Ahora, en Manchester. Allá donde trabaja, rinde al máximo nivel, genera trofeos y títulos para sus clubes, ofrece un cambio de filosofía que se traduce en rendimiento óptimo y fabrica ilusión a raudales para sus propios aficionados.
Como ocurrió en anteriores etapas en los banquillos, la figura de Pep Guardiola se ha erigido a los cielos futbolísticos para seguir siendo considerado uno de los mejores técnicos del planeta. Seguramente, el mejor.
Con él, el fútbol de posesión no sólo ha triunfado en un país histórica y futbolísticamente rústico y físico, sino que ha provocado que muchos de los equipos, de sus rivales, hayan adaptado su enfoque deportivo.
Con él, el Manchester City se ha consagrado como uno de los equipos más poderosos del panorama futbolístico planetario. Más allá de los títulos (14 en 8 temporadas), sus equipos son temidos por el potencial ofensivo, creativo y deportivo.
Con él, el conjunto de Manchester no sólo gana, brilla. Brilla con luz propia. Brilla con un estilo muy reconocible. Y brilla, además, con esa ventaja de estilo que le ofrece a sus rivales antes de cada partido. Pese a ello, lo consiguen semana tras semana.
Pero Pep Guardiola, por puros motivos vitales, tiene fecha de caducidad. Más allá de ese lógico argumento, su futuro ha sido tema de debate en más de una ocasión en los últimos años. No por falta de resultados. No por falta de proyecto. No por falta de rendimiento. Sin embargo, pese a ello, la posible salida del técnico catalán es un escenario que, por mucho que nadie quiera pensar en la zona sky blue de la ciudad de Oasis, viene varios años sonando.
Llegará un día en el que Guardiola dejará de ser entrenador del Manchester City. Con él, se marcharán los títulos casi asegurados, la filosofía instalada y ejecutada con automatismos del largo plazo que le han brindado, la confianza plena, total y absoluta en el trabajo del entrenador, el factor Pep (muchos futbolistas quieren ser entrenados por él) a la hora de fichar nuevos jugadores y la continuidad de muchas de las estrellas que estén en la plantilla.
Ese día, sin fecha confirmada, que sigue alargándose año tras año, cambiará la historia del club inglés. Ese día, todavía sin pistas de cuándo ocurrirá, se cerrará la etapa más gloriosa, importante e imponente de la historia de la institución de Manchester. Ese día, se generarán muchas preguntas sin respuestas, un escenario totalmente dubitativo, con un horizonte borroso y una pregunta al aire muy clara: “¿Y ahora qué?”.
El vacío (y su sensación) que se instalará en el Etihad Stadium cuando Guardiola deje el club es una escena alarmante que será de todo menos tranquila. El enfoque del club no cambiará, porque desde la llegada de los actuales propietarios han demostrado con creces trabajar bien, crear un proyecto que va mucho más allá del mediático titular del dinero.
Sin embargo, la sensación de no tener el estandarte emocional, psicológico y deportivo de tener al mejor entrenador del mundo, creará una nueva realidad, generará más dudas que confianza y se convertirá, directamente, en un nuevo ciclo para el club.
Pep Guardiola suma ocho temporadas en el Manchester City. Nunca antes había estado más de tres años (ni en Barcelona, ni en Múnich) y se ha convertido en su mejor etapa en los banquillos, pese a que la mayor longitud temporal exija mucho más. Sin embargo, en los últimos tres años, su futuro ha empezado a latir lentamente, planteando su salida, planificando qué pasará a partir de entonces.
Hasta entonces, el conjunto sky blue seguirá disfrutando del mejor técnico de su historia, seguirá siendo considerado uno de los mejores conjuntos del mundo y, seguramente, aterrizarán más títulos en las vitrinas del club. Más allá, dudas.
Kommentarer