Por mi experiencia personal en redes sociales desde hace muchos años tenía en la cabeza un pensamiento que, por muy lógico que me parecía, no se cumplía.
Si me has leído desde hace un tiempo sabrás que desde hace años he recibido comentarios críticos en redes sociales. Digo esto porque este tipo de comentarios me creaban pensamientos. Pensamientos que pensaba razonables, naturales, racionales, pero que en la práctica la gente no lo llevaba a cabo.
Recientemente, escuchando uno de mis podcasts semanales, pusieron sobre la mesa el tema de la libertad de expresión y plantearon la base por la cual la libertad de expresión es saber organizar los pensamientos, opiniones y comentarios, y decidir comentar o no. Me parece interesante porque creo que mucha gente, quizás me incluía hasta hace poco, piensa que la libertad de expresión es el derecho a decir lo que quieras, cuando quieras y como quieras.
Es así. Tal cual. La libertad de expresión es plantearse cuando opinar y cuando no. No opinar sin más, sin filtros, sin plantearse las consecuencias.
Comentaba líneas atrás el tema de mis redes sociales porque muchas veces me planteaba la situación en la que la libertad de expresión era comentar, pero no hacerme llegar las opiniones. Siempre pensaba que la gente podría escribir con su derecho total a hacerlo, pero ¿por qué me hacían llegar sus opiniones? En un 80% de las veces me importaban poco, o nada. Mil veces menos cuando se trataba de insultos y comentarios destructivos.
Espero que alguien pueda leer esto y reflexione sobre qué es realmente la libertad de expresión.
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