Cole Palmer es uno de los mejores futbolistas del momento. No parece importar si el contexto son las islas británicas, el Viejo Continente o a nivel mundial. La joven estrella del Chelsea ha encontrado en Stamford Bridge no sólo el lugar de su consagración, sino ha confirmado cualquier apunte que se hizo sobre sus aspiraciones cuando era solo una promesa del Manchester City. Su llegada Londres procedente de Manchester ya puede considerarse, sin riesgo de errar, una de las mejores operaciones del mercado de fichajes de la última década. Su rendimiento como blue es extraordinario. Este pasado fin de semana, logró un doblete desde el punto de penalti en un épico derbi londinense ante el Tottenham que obtuvo tintes históricos para él. Su primer gol le sirvió para igualar a Yaya Touré en su puntería desde el punto fatídico, pero fue el definitivo cuarto gol del Chelsea (que además lo ejecutó a lo Panenka) el que le hizo historia viva de la Premier League. Es el futbolista del momento. Tiene una seguridad insultante. Él sabe que es muy bueno y el Chelsea sólo se relame ante sus aspiraciones para esta temporada.
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