Esta mañana leía una columna de opinión de José Nicolás en El País cuyo título era planteaba una pregunta, para mí, interesante: "¿Será mejor el mundo si cerramos nuestras cuentas en X?"
Personalmente, he pensado muchas veces en ello. Quizás no así, cerrando la cuenta, pero sí dejándola abandonada, sin avisar, huyendo de muchas cosas tóxicas y negativas que en alguna etapa pasada de mi vida llegaron a producirme ansiedad. Sobre la pregunta, no cerraría mi cuenta. Nunca, creo. La dejaría estar, quizás, eso sí, pero creo que ni eso, porque me gusta formar parte de la red social, me gusta compartir contenidos y, personalmente, Twitter (ahora X) me ha permitido conseguir muchos objetivos a nivel profesional. Suena raro, pero Twitter ha sido muy importante para mí e instaló en mi rutina su poder como herramienta.
Pero sí. Hay una toxicidad vomitiva, que va a más. Debo confesar que desde mis primeros pasos en la red social, allá por 2009, he visto comentarios negativos y haters, pero no le daba la visibilidad y la crítica social que desde hace algunos años sí. A mí me pasó. En 2016, quisieron tumbar mi marca, cayó en suspensión temporal varias veces, y durante aquel periodo mucha gente no sólo mostró alegría, sino que me señalaban públicamente y hacían bromas. Pero no "estaba de moda" lo de combatir la toxicidad en favor de la salud mental y allí hubo un grupo de usuarios y usuarias que sufrimos momentos bastante desagradables. Eso a nivel de escaparate, por los comentarios deleznables, porque a nivel de intereses y movimientos de hilos empezó a dejarme claro lo podrido del sistema. En mi favor hacia todos aquellos que quisieron tumbar mi cuenta, aquí sigo, aquí estoy. Es mi pequeña victoria. Jodeos.
Sobre la pregunta del artículo, no. Básicamente, porque X es una red social, no el mundo real. La pregunta puedo entenderla, puedo llegar a entender lo que quiere exponer su autor, pero sinceramente creo que está mal formulada.
Este 2024 me ha servido para ser usuario activo a diario de Threads, la red social de Meta que, sin duda, busca imitar a Twitter, y puedo confesar que ahí el nivel de toxicidad es bajo. En mi timeline, prácticamente nulo, y con una capacidad para educar al algoritmo absolutamente rápido. En X lees basura, contenidos vomitivos, que incendian, y por muchas búsquedas que hagas o contenidos diferentes a esa temática con los que interacciones, nada cambia en el apartado Para ti.
El mundo no, pero ¿cambiaría X si la gente cierra su cuenta?
Primero, eso no va a ocurrir, porque la gente se queja del olor a mierda, pero son adictos al olor a mierda. Siempre me ha hecho gracia la excusa que afirmaban muchas personas al excusarse de que en Twitter eran un personaje. Sí, claro que sí guapi. El que es capullo en Twitter lo es en la vida. Quizás en Internet sí lo explote (o se deje llevar realmente), pero la base existe. Hablar de roles o personajes en la red es una excusa vergonzosa.
Segundo, debería producirse de forma masiva, cientos de millones de cuentas, en un periodo corto-medio de tiempo, y sólo entonces quizás X se plantearía cosas. Pero, insisto, esto no va a pasar. Al menos a corto plazo. Hablo del corto plazo porque la gente quiere hacer creer que este movimiento de fuga hacia otras plataformas como Blue Sky es por los recientes resultados de las elecciones de Estados Unidos. Y no. ¿De verdad, Emilio, de Móstoles, quiere dejar X por las elecciones norteamericanas? Es de risa.
El mundo se está yendo a la mierda, y las redes sociales tienen que ver, claro, pero ¿qué pasa con los medios de comunicación en todas sus vertientes? ¿Qué ocurre con las grandes empresas que juegan en otras ligas legislativas? ¿De verdad quieren hacernos ver que la culpa es de X?
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