VERO ha sido mi (re)descubrimiento de 2022.
Como he comentado más de una vez en este blog, es una red social dedicada en gran medida a la fotografía. No comprime las fotos y, por ello, la calidad de los contenidos es terriblemente bueno. Mil veces mejor que otras más referentes como Instagram.
He hablado muchas veces de esta red social, por lo que tampoco hablaré mucho más de cómo la uso y por qué le dedico tiempo diario. Pero sí quiero hablar de por qué me gusta, por qué me gusta mucho.
En VERO tengo un doble reto. Por un lado, crecer, hacer crecer mi marca. Por otro lado, mantenerlo. Es un doble reto interesante, atractivo. Ver cómo crece la cuenta a diario, ver cómo la comunidad poco a poco se va formando (ya como casi 2.000, cuando hace un mes llegábamos a los 1.000) y ver cómo ese crecimiento es constante. Siempre pienso que ese día no va a creer tanto, que el tiempo que le dedico a potenciar mi escaparate llegará un día en el que hará tope (como quizás ha pasado en otros de mis perfiles), pero no. No, porque sigue creciendo entre 50 y 60 usuarios diarios.
Puede parecer poco, pero en el contexto de esta red social es una cifra muy importante. El usuario que más seguidores he visto tenía como 10.600-10.700 (no lo recuerdo bien), y el usuario medio se establece entre 60 y 100. Por ello, tener casi 2.000, es una cifra interesante para seguir potenciando y haciéndola crecer.
Es eso. Esa sensación de espacio para crecer, de ver cómo el esfuerzo por potenciar tiene resultados, de ver (también) que la comunidad es sana, que no hay trolls, que no hay haters que (por ahora) es una red social sin ruido. Muchas veces me recuerda a mis inicios en Twitter (allá por 2009), cuando no había violencia verbal, cuando no había exigencia, cuando se crecía diariamente, cuando no había (auto)censura a la hora de publicar. VERO es mi Twitter de 2009, podría decirse.
Puedes seguirme en VERO, aquí https://vero.co/mirondo9
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