Máximo Huerta se ha convertido en un referente casi por accidente. No es un referente al uso. Quizás tenga más tintes personales que profesionales. Un día, cuando vivía en aquel céntrico cuarto piso del centro de Madrid, me di cuenta de que tenía muchos, demasiados, puntos en común con su figura y casi que me encapriché de su figura, de su camino, de su experiencia vital.
Eso provocó que, por primera vez, acudiera a su obra como una excusa más para ver si seguían apareciendo aspectos comunes entre ambos. Él no lo sabe, claro, pero aquí estoy de nuevo, ante un libro suyo, queriendo dejarme llevar entre sus páginas.
Hace un par de semanas, recibí en mi actual casa una copia de París despertaba tarde, su último libro, gracias, especialmente, a Erica Aspas, quien me atendió con mucho gusto y me lo hizo llegar apenas un día después. He empezado el libro esta semana. Llevo algo más de 160 de las 470 páginas que tiene y confieso que, sin ser la novela mi obra literaria favorita (prefiero el ensayo), ya me he dejado llevar por Alice Humbert y sus vivencias parisinas.
A veces, relaciono temas, cosas o personas con colores. ¿Te pasa a ti también o es algo particular mío? Cuento esto porque París despertaba tarde me impregna un rojo Burdeos a lo Twin Peaks. Creo que así, con ese tinte, me imagino la tienda de Alice y es el primer pigmento visual que se ha generado en mi cabeza. Eso ha ayudado mucho a que esté dentro de la historia. Ese color, supuestamente, esa ambientación, es lo que me ha hecho sentarme durante largos ratos ya para ver de qué son capaces las protagonistas que se me han presentado por el momento.
תגובות