Oficialmente, hasta el próximo 21 de diciembre, el otoño nos abrigará.
Es mi estación favorita. Sus temperaturas, los cambios naturales que ocurren a nuestro alrededor (y que deberíamos valorar diaramente), los atardeceres que nos ofrece, la cantidad de bebidas calentitas que podemos empezar a beber, lo bien que podemos empezar a vestir, sus tonos... Hay tantos argumentos a su favor que se me hace hasta ilógico no poder adorar estos meses que vamos a vivir.
Siempre he sentido amor por el otoño, aunque, de pequeño, quizás no lo valoraba tanto. Fue más de mayor cuando fui dándome cuenta que conectaba con algo especial, que aquellos fines de semana en la casa del pueblo y su entorno plantaron en mí la semilla de un abrazo que me acompañará para toda la vida.
Seguramente, será una de tantas cosas que romantizo en mi vida, pero ¿sabes qué? Me hace sentir súper bien, súper especial, rozando lo mágico, y, siendo sincero, es lo único que me importa.
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