Ayer lunes empecé mis vaciones y tras casi 48 horas creo que no he desconectado ni 5 minutos. Para mí desconectar es algo que tengo muy claro: nada de redes sociales, nada de fútbol, nada de móvil. Es así de sencillo y difícil al mismo tiempo. Lo tengo claro. Sé qué debo hacer, sé cómo debo hacerlo. Pero cuando una pasión se convierte en profesión, a medio-largo plazo, acaba siendo un bucle de carácter infinito. Un bucle de esos que van sin corte, que uno no sabe cuándo empieza ni cuándo acaba, de esos que uno analiza para encontrar ese 'cut' que diferencia una cosa de otra. Pues eso. Pasión, algo innato. Trabajo, una de las consecuencias.
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