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Me ha hecho ilusión

Reconozco que me ha hecho ilusión. Me ha hecho ilusión porque fue algo especial que estuvo en mi vida durante un periodo, digamos, muy complicado y que ahora no está. No está, de forma repugnante. Repugnante, porque se ha acabado convirtiendo en una cadena más de este engranaje de la globalización.


Puede parecerte una cosa absurda, pero sigo yendo a Starbucks por los recuerdos, mas que por lo que realmente me ofrece, satisface y hace sentir en la actualidad. Empecé a ir a Starbucks cuando mi vida necesitaba cambios, cuando mi personalidad necesitaba estímulos, y allí encontré un lugar seguro.


Los viernes se convirtieron en días especiales, en una vía de escape, en un momento para desconectar e ilusionarme por cosas ajenas a lo que vivía en casa. Acudía a Starbucks con mi libreta, mi bolígrafo, mi iPad, mi lista especial de Spotify llamada Starbucks. Acudía a aquel ya extinto quiosco en el que encontraba muchas revistas extranjeras para, luego, acudir a mi cita con el café.


Digo todo esto porque Starbucks ha cambiado. Y no me refiero a nivel estético en sus cafeterías. Y no me refiero a su oferta de bebidas y comida. Y no me refiero tampoco a que ya no puedo beber café en aquellas tazas simples, blancas, con el logo verde en grande. Ojalá encontrara alguna por Internet, de segunda mano. Me pensaría seriamente comprarla.


Aquel Starbucks, además, tenía un ambiente relajado, con una música inmensamente diferente a la que se escucha ahora. Cada vez que entro en compañía, suspiro un "Joder, cómo ha cambiado esto". Y es verdad. Ahora suena música electrónica, reggeaton, trap. Antes, jazz, blues, música ambiental. Era música de fondo, para centrarte en escribir, leer, mirar por la ventana sin complejos...

Pues bien. He encontrado varios vídeos de YouTube que hacen precisamente eso, emitir esa música del Starbucks de antaño. Ha sido como revivir todo aquello. Ha sido como una confirmación de "No soy el único que lo echa de menos". Y es verdad. La diferencia es abismal.


Starbucks ahora es un sitio ruidoso, con gritos, con mucha gente, sin ese toque hipster que nos enamoró hace una década. Ahora no es un sitio acogedor. Al menos así lo siento y percibo, sinceramente. Esa lista de YouTube me ha hecho bastante feliz y así quería expresarlo contigo.

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