Siempre que me preguntan sobre mi libro favorito suelo contestar rápido. O al menos, siempre tengo una respuesta convincente de forma automática. «¿Cuál es tu libro favorito?», preguntan. «11 Ciudades, de Áxel Torres», respondo. Creo que me gusta por lo que se cuenta, por su autor, pero creo que también por el momento de mi vida en el que me lo leí por primera vez. No sé realmente, sinceramente, si es el mejor libro del mundo, o si quien me lo pregunta busca una respuesta así, pero es lo que me nace de forma innata decir. Es un libro que me apasionó, y creo que ya es suficiente argumento para servir de respuesta.
El libro me gustó porque mezclaba dos intereses tan comunes entre los mortales como son el fútbol y los viajes. Este libro narra 11 viajes del periodista deportivo Áxel Torres por diferentes puntos del planeta y cómo, con el fútbol como excusa, descubrió historias maravillosas. De ’11 Ciudades’ aprendí que la magia puede estar en Eibar y en Tokyo, en Londres y en Medvode.
Leyendo el capítulo 2 de ’11 Ciudades’ en mi despacho de Madrid.
Evidentemente, como brit lover que me considero, el capítulo de Londres me fascinó, me atrapó de tal forma que incluso recuerdo emocionarme al leerlo por primera vez. Áxel narraba cómo era todo en ese lugar platónico que amaba desde el piso de mis padres. Pero, además, me sentía de una forma mágica representado en cada una de sus palabras, de sus letras. Una simple oración con inicio en mayúscula y final en punto y seguido eran un espejo de lo que sentía. Era más joven que ahora, bastante más. Años después descubrí que encontré y formé mi personalidad real bastante mayor, pero aquel libro me ayudó a saber qué quería, cómo lo quería, y sobre todo aprendí que hay que hacer en cada momento lo que uno siente, lo que uno necesita. Dentro de unos límites éticos y legales, claro está. Pero, en cierta medida, sentía que aquel periodista que ya admiraba, tenía muchas de mis inseguridades, tenía muchas de mis pasiones, y sentía lo mismo con una simple mirada a través de la ventana de un hotel cuando miraba por primera vez las calles de Londres.
Por todo ello, ’11 Ciudades’ es uno de mis libros favoritos, y especialmente su segundo capítulo, el dedicado a la capital londinense. Un segundo capítulo que he vuelto a leer con la excusa de este periodo de cuarentena al que nos hemos visto obligados a mantenernos aguardando en casa.
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