El frío, es mi temperatura favorita. El otoño, principalmente, mi estación del año favorita. Por ello, cuando llega septiembre (con todos los cambios que suele conllevar en diversos ámbitos) siento algo parecido a la felicidad. Es la realidad. Todavía es pronto. Más en estos tiempos climáticos que vivimos. Pero saber que en unas semanas el otoño, primero, sus cambios estéticos, segundo, y su buen tiempo, tercero, están al caer motiva mucho.
No va a producirse el cambio deseado todavía, pero llega septiembre y, por ello, llega un cambio de chip mental. Ya sabemos que pronto volverá el buen tiempo (el de verdad, y no esta bazofia que llevamos viviendo desde mediados de mayo) y es una noticia fantástica.
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