¿En serio?
Estuve cerca de año y medio buscando mi gran oportunidad laboral. Tras dejar el periódico, viví un par de etapas raras, complicadas, fugaces, que me crearon más de un quebradero de cabeza y que no crearon precisamente seguridad y confianza.
La oportunidad llegó el pasado septiembre. Mi actual trabajo me permite estar tranquilo, sintiéndome valido, sintiéndome útil, cumpliendo muy bien con mis funciones, con una confianza y libertad abundantes. Ojalá dure.
Sin embargo, en las últimas dos semanas ha pasado una cosa que es tan positiva y buena como rara y "decepcionante". Me han ofrecido tres empleos. Todo lo que no apareció en aquellos meses que se pusieron cuesta arriba muchas veces, lo hizo en apenas días. La primera, del periódico que leía de pequeño. La segunda, de un equipo de fútbol español. La tercera, de una antigua agencia de publicidad en la que trabajé.
Por un lado, gracias. Gracias por acordarse de mí, por considerarme válido para esos puestos. Pero, por otro lado, algo de rabia innata al llegar en un momento en el que no debo cambiar mi vida laboral. ¿En serio? Soy muy de pensar que todo llega de golpe. Las cosas buenas y las cosas malas. Simplemente, que las malas duelen y nos hacen ser más conscientes. Y, por ello, creo que esto ha sido eso. Todo de golpe, pero a su ritmo, en sus tiempos concretos alejados de mi control.
Por suerte, ahora tengo trabajo y tengo cierta estabilidad laboral, económica y mental, pero no puedo evitar pensar en que me parece "injusto" que lleguen ahora, y no cuando lo necesitaba.
En fin. Agradecido, de corazón, por esa gente que se acuerda de ti cuando puede ayudarte.