Recientemente, escuchando un podcast (creo, Lo que tú digas, de Álex Fidalgo) llegué hasta la afirmación "Elige tu difícil en la vida hasta que, practicando, sea fácil" y se me ocurrieron muchísimas cosas casi de forma automática. Ya no tanto lo vivido y experimentado, sino lo que está por venir.
Quería ser periodista, y he trabajado en algunos de los más grandes medios de comunicación de España. Grandes, que no prestigiosos. Eso lo descubrí más tarde. Quería dedicar mi vida a algo relacionado con fútbol, y lo conseguí. Quería vivir en el norte, y lo he conseguido. Quería salir del entorno en el que crecí, y lo conseguí. Todo era difícil. Parecía difícil. Me veo en aquella habitación, de madrugada, perdido en la vida, y lo veía complicado. Pero ocurrió.
Lo conseguí a base de esfuerzo, de constancia, de trabajo. Reconozco que en ese momento, cuando creaba sin saber ese camino, no tenía ni idea de si lo estaba haciendo bien, si iba en la dirección correcta. Ignorancia absoluta. Por suerte, salió bien, Gracias a ese pensamiento de conseguirlo sí o sí, ocurrió. Aquel difícil se convirtió en un fácil, y no porque ahora sea fácil (de hecho, no lo es, para nada), pero ya no es difícil.
Cuento todo esto por los difíciles que ya laten. Los retos/difíciles que tengo ante mí y que quiero. Ahora mismo, más aficiones por perfeccionar que nada serio. O al menos eso creo. Los retos profesionales los logré, los conseguí, no me importaría seguir en la batalla, pero a nivel personal toqué el techo. Insisto, a nivel personal. Fue un logro mayúsculo.
Ahora tengo metas medianas. Ni grandes, ni pequeñas. Retos a medio plazo que me encantaría convertir en fáciles. ¿Por qué? Supongo, porque estoy vivo. Supongo, porque tengo curiosidad. Podría comentarlas. Por ejemplo, saber dibujar, saber pintar, tener un podcast de calidad, producir contenidos estéticamente preciosos en YouTube, seguir aprendiendo geografía. Nada relevante, pero cuando lo consiga (porque lo conseguiré) será fascinante.
Elige tu difícil. Hazlo. Elígelo, es el primer paso. Luego, conviértelo en un fácil.
Un consejo: no lo digas. Será su secreto. Irás perfeccionando sin saberlo. Da igual si tardas seis meses o dos años. Yo sigo sin saber pintar acuarela después de varios años. Sigo sin saber dibujar cuando es algo que hacemos desde la infancia. Guárdate un momento de la semana y dedícate a ello como afición, disfrutando el momento, viendo el proceso. Y ya.
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