El Everton está firmando unas primeras semanas de temporada tan pobres como inesperadas, tan grises como sorprendentes, tan irregulares como preocupantes. La figura de Frank Lampard sigue generando las mismas dudas que apoyos, el equipo no consigue ser regular y en Goodison Park es inevitable que sigan creciendo los comentarios en tono crítico hacia la dinámica del equipo.
Sin embargo, con permiso de Jordan Pickford, está destacando de forma notable la figura de Anthony Gordon. El joven canterano del Everton no sólo sigue progresando y evolucionando en la primera plantilla Toffee, sino que parece haber dado un importante paso adelante en estas primeras semanas de curso deportivo.
Ante la salida de Richarlison con destino Londres y las ausencias de Calver-Lewin, Gordon parece haberse asignado el rol de jugador estrella en metros finales, del jugón de quien se esperan grandes cosas, del líder total en campo rival.
Está brillando con luz propia y se ha convertido en una de las grandes notas positivas del equipo. Junto a Pickford, ambos están figurándose como las principales razones para ilusionarse por parte de la parroquia Toffee.
A nivel goleador y técnico. A nivel de liderazgo y valentía. Gordon lo está bordando. De hecho, con la proximidad del mundial de Qatar tan cerca (en apenas meses) algunos ya afirman que su nombre podría estar entre los elegidos de Gareth Southgate. El seleccionador inglés se ha caracterizado desde su llegada al banquillo de los Three Lions por dar oportunidades sin complejos a jóvenes valores. Por ello, entre otras muchas cosas, la figura del canceraron británico empieza a sonar por las islas.
Pese a su citada juventud, ha sabido dar un paso adelante, ha aceptado que las exigencias del equipo así lo precisaban y ha gestionado a las mil maravillas que su rol ha crecido ante las ausencias en metros finales del terreno de juego.
Anthony Gordon es pieza clave para Lampard, es ídolo absoluto de Goodison Park y sigue firmando fantásticas actuaciones para hacer que el irregular inicio del Everton no sufra tanto como podría ocurrir de no ser por sus participaciones tanto en tareas goleadoras como asistentes.
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