La Scottish Premiership está viviendo un inicio de curso interesante. Al menos, diferente. El Celtic de Glasgow sigue siendo el referente máximo del fútbol escocés, como en las últimas décadas, pero se han abierto dos frentes diferentes. Por un lado, el Rangers FC no está rindiendo como se espera (ni es el principal rival liguero de los católicos, ni es el esperado segundo clasificado). Y, por otro lado y principal, el Aberdeen está presentando una batalla demasiado romántica como para no tenerles en cuenta. Los del Pittodrie Stadium son segundos en la clasificación, empatados a puntos (31 de 33) con el Celtic y siguen sin perder después de las primeras onces jornadas disputadas. Los católicos de Glasgow siguen siendo el máximo aspirante al título, sin duda, pero los primeros meses de curso están dejando una historia fascinante que, pase lo que pase, ha maravillado a mucha gente más allá, incluso, de las islas británicas.
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