Llega la vigésimo cuarta entrega de «Desde el búnker». Digamos que fue una de las primeras veces en las que nos planteamos seriamente si íbamos a hacer, o no, el podcast. Tras un día libre de actividades caseras varias, con un madrugón, con algo de cansancio mental y físico, caímos rendidos ante el abrazo de las sábanas. Una siesta que se fue de las manos puso en alerta la actualización del podcast, pero finalmente fuimos fuertes y salió adelante. Y salió adelante mucho mejor lo esperado, con un podcast más interesante de lo que pudimos llegar a pensar.
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