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Foto del escritorEsteban Gómez

La época especial por excelencia del aficionado al fútbol


El verano es una de las grandes citas anuales para las personas. Vacaciones, descanso, desconexión, eventos y muchos argumentos convierten a este periodo estacional en un deseo absoluto y casi instaurado como adoración para todo ser humano. Y si uno es aficionado del fútbol, más. Llega el verano y aunque puede parecer difícil por la falta de partidos de clubes, con las grandes ligas desconectadas hasta el mes de agosto, se trata de uno de los periodos favoritos para los aficionados al fútbol. Rumores de fichajes (verdaderos o falsos, eso da igual), primeras fechas de partidos de pretemporada, la rutina de leer la prensa escrita o digital buscando algún caramelo que endulce el horizonte de la temporada siguiente, las nuevas camisetas... Todo ello con ese ambiente estival que convierte cualquier situación en romántica. Un periodo especial para los aficionados al fútbol. Los medios inundan sus paredes con rumores de fichajes, con informaciones que colocan allí y allá a los jugadores. Cifras, equipos, contratos, jugadores cuyo futuro adquieren el valor de culebrón. Ese gusanillo especial que nace cuando en la radio nocturna desvelan un fichaje que puede llegar a tu equipo. Esa sensación casi mágica de soñar con una nueva campaña, con un nuevo proyecto que releve a lo vivido en los meses anteriores. Lo pasado, pasado está. Los éxitos ya parecen lejanos, los fracasos ya han sido reformateados. Ahora todo se centra en el curso siguiente. El verano es ese momento del año en el que un nuevo proyecto viene en camino y todavía ni se ha ganado ni se ha perdido. Es la magia del inicio de una temporada. Sin ir más lejos, ahora mismo, el Bournemouth puede ser campeón en Inglaterra, la Real Sociedad puede ser campeona en España o el Eintracht de Frankfurt puede ser campeón en Alemania. Las mismas condiciones. El mismo punto de partida para todos. Y ahí seguirá, o no, el gusanillo. Semana tras semana, viendo cómo ese proyecto irá a más, o a menos. Semanas, a partir de ahora, para recargar la barra de la ilusión. Proyectos que sufren lavados de cara. Estrellas que dejan clubes ante oportunidades únicas en sus vidas dejando atrás a miles de aficionados que les echarán de menos y que, en algunos casos, verán cómo se marcharán a equipos rivales directos, del mismo país, o que emprenden nuevos caminos para jugar en otros países y luego, meses después verás con cierto recelo al exponerse con sus nuevos colores. Un verano que ya tiene nombres propios. Eden Hazard, Antoine Griezmann, Paul Pogba, Kylian Mbappé, Neymar, Rodrigo Moreno, Gareth Bale... y sólo estamos a principios de junio. Rumores que ya conviven con las nuevas camisetas, con las elásticas que se verán semanalmente en los grandes torneos, que llevarán esos nuevos fichajes, que pondrán rostro a la nueva temporada. Rumores que ya conviven con los primeros trazos de partidos de pretemporada, con las primeras pruebas deportivas que llegarán a partir de julio. Un verano para convivir con las redes sociales, con programas de radio, con podcasts, con la prensa escrita, con la prensa digital. ¿Recordáis cuando el Teletexto era la fuente de la ilusión de miles de personas? Pues aquello, pero elevado a la máxima potencia. El verano está aquí y muchos somos los aficionados que ya empezamos a vivir diariamente con ese gusanillo, con esas primeras ideas de equipos, con esas primeras sensaciones que acabarán siendo, quizás, todo lo contrario, con esos rumores que huelen a falsos y humo desde muy lejos pero que, pese a ello, nos gusta leer. Porque el verano es eso, y los aficionados al fútbol lo sabemos.

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