Tengo una marca personal y, a veces, hago colaboraciones con marcas que me ofrecen oportunidades. No son habitualmente, pero intento aprovechar ciertas propuestas a modo personal porque, en cierta medida, son el premio de muchos años de trabajo, constancia y dedicación. Crear una marca de la nada es complicado y no se produce de la noche a la mañana. De hecho, el próximo mes de septiembre cumpliré 10 años en redes sociales. Por ello creo que cuando una marca me contacta porque tiene una idea y quiere contar conmigo, intento al menos leerla, analizarla y si entra dentro de mis valores llevarla a cabo.
En este post vais a ver una foto que es de la campaña de la que vengo a hablaros y me gustaría dejar claro que esto no entra en el 'pack' de acciones que cerré en su momento. Simplemente aparece para contextualizar. Escribo este post por lo que me ha hecho sentir, y no tanto para dar visibilidad a una marca, Amstel, con la que he colaborado. No ha sido una colaboración más, y es por lo que vengo hoy a escribir.
Esta semana he realizado una campaña en mi marca personal especial, y digo que es especial porque me he dado cuenta de algo que quiero compartir. Amstel me contactó a través de este blog (cosa que ya me sorprendió gratamente, porque suelen llegar los contactos usando mi dirección de mail creada para ello y que aparece en mis perfiles) y pronto iniciamos las conversaciones para dar visibilidad a un evento que ocurriría en Valencia con motivo de la Final de Copa del Rey entre Barcelona y Valencia.
Lo he dicho muchas veces, pero quizás haya gente que no lo sepa. Soy valenciano, pero (por motivos profesionales y desde hace tiempo personales) he vivido en Madrid prácticamente en los últimos dos años. Digo esto porque, pese a que esté en mi país, no vivo en mi lugar de origen, no vivo donde muchas veces me gustaría estar, y en cierta medida echo de menos mi casa y mi hogar. Le pasará a mucha gente. Te trasladas por cualquier motivo, consigues crear un entorno "cómodo", intentas tener una casa, pero nunca esa casa tendrá el calor doméstico de tu hogar. En mi caso, Valencia.
Bien. Amstel me contactó para una campaña, como digo, de la Final de Copa, y pronto analicé cómo la estaban enfocando en redes, con quién más estaban colaborando y me di cuenta de algo que me hizo sentir especial, orgulloso e incluso emocionado a partes iguales.
Me percaté que la base de la campaña era relacionar el evento con marcas personales/cuentas de cierto peso relacionadas a la ciudad, a la tierra, a Valencia, y evidentemente al equipo. Me di cuenta que aparecían periodistas, artistas, influencers, medios de comunicación de allí, de València. Y, de verdad, me hizo sentir súper especial. Alguien me había contactado porque desde fuera se me veía como una referencia relacionada a mi tierra. Pensadlo. ¿No es bonito que desde te fuera te vean como una "referencia" de tu tierra? No creo que lo sea, pero el objetivo de este cliente, al contratarme, era eso. Me veían de cierta manera un escaparate para su campaña. Me hizo sentir muy orgulloso. Todavía más cuando vivo fuera, cuando echo de menos mi tierra. Una campaña que, más allá de lo publicitario o económico, me ha sentir especial porque desde fuera, sin mi filtro, han valorado mi marca en un contexto que encaja en mi tierra, en el club de mi tierra, hacia un público que tienen el mismo sentimiento de pertenencia que tengo.
Por ello, me ha gustado. Y es algo que he sentido al hacerlo. Antes de ello no, porque no sabía con quién más iban a participar. Ha sido ahí, entonces, cuando me he dado cuenta que han participado cuentas, personas, que para mí sí me encajan en ese perfil, que incluso considero referencias para mí mismo, y aparecer en ese contexto me ha hecho casi más ilusión que participar en una campaña que, por otro lado, me parecía muy interesante.
Una curiosidad sobre esta colaboración de mi marca personal con una marca publicitaria. Algún día, quizás, escribiré sobre si me parece, bien, mal, regular, el tema de publicidad e influencers.