Un niño aficionado del Bristol celebra la clasificación de su equipo (Dan Mullan/Getty Images Europe)
Iba a ser una noche histórica, pero nadie lo sabía. El destino sí, él siempre juega con ventaja en esto de la vida. Pero el resto, no. Sí sabíamos que iba a disputarse en el Ashton Gate Stadium la eliminatoria de Cuartos de Final de la EFL Cup (Carabao Cup por términos publicitarios) entre el Bristol City y el Manchester United.
Una noche grande para la grada local. Fieles a su equipo semana tras semana, en plena pelea por el ascenso a Premier League en la infravalorada mediáticamente Championship Inglesa, evidentemente no iban a dejarles de lado cuando visitaba su estadio una de las grandes potencias del país, de las islas británicas e incluso del planeta. Llegaba el Manchester United con Mourinho a la cabeza y con, entre otros, esa estrella mundial sueca apellidada Ibrahimovic. Pero el sueño permanecía intacto. El fútbol es grande y maravilloso porque es capaz de romper la lógica, de cambiar guiones establecidos y escritos con cemento. Y ocurrió. Sí, pasó, se vivió una noche enorme en la ciudad de Bristol para la parroquia bristoliana.
El Bristol City eliminó al Manchester United en la Copa de la Liga Inglesa. El conjunto dirigido por Lee Jhonson vencía 2-1 tras el final de los 90 minutos gracias a un gol que desató la locura absoluta en el minuto 93, in extremis, sobre la bocina. Se adelantaron los locales 1-0 para soñar en esa magia que sólo puede ofrecer la copa a partido único, pero apareció ese ser majestuoso llamado Zlatan para mandar la calma a la grada visitante. Pero el destino sonreía al saber la sorpresa, la bomba emocional, el éxtasis, que había preparado para el descuento.
Una noche que muchos tardarán en olvidar, si es que lo hacen. Una noche en la que el pequeño de la foto mantendrá en sus retinas durante años, incluso décadas. De mayor, cuando sea adulto, seguirá hablando que él vivió en primera persona esa fiesta local, esa histórica noche en la que su equipo, en la que el Bristol City de su corazón, eliminó en Copa a uno de los equipos más poderosos del mundo. Allí, junto a otros 26087 aficionados que estaban presentes, en aquella histórica cita que quedó grabada en la historia de la ciudad como un hito de carácter relevante.
Pero su historia continua, se clasificaron, y el destino les preparó otro regalo. Otra vez la ciudad de Manchester, ahora a doble partido, y contra el que seguramente sea el mejor equipo del planeta en estos momentos. Los más temidos, los que más han gastado, los que están entre los más goleadores del mundo. Ellos, los que visten de azul cielo, los ciudadanos, los del Etihad Stadium. El Manchester City se enfrentará al Bristol City por un puesto en la Final de la EFL Cup 2017/18 en Wembley. Un reto mayor, un reto bastante complicado por diversos factores que minimizan el porcentaje y la probabilidad de volver a vivir una cita histórica para la historia del club.
Aquel niño ya tiene una noche histórica en sus retinas y ahora volverá a estar apasionadamente junto a los suyos cuando le toque animar al equipo de su corazón contra el Manchester City. ¿Seguirá sonriendo?