No corren los mejores tiempos para formatos como el de un blog. En una época donde todo es fugaz, inmediato, rápido, donde el ritmo llama a actuar, casi sin meditar, sin reflexionar, sin pensar, crear un blog es una tarea, digamos, romántica, alejada de lo mainstream.
El consumo de contenidos como un texto no atraviesa su mejor momento de forma. Una pretemporada constante que no arranca frente a otros formatos y contenidos, de uso instantáneo, que juegan a diario finales de copas de Europa. La gente quiere calidad, lo expone a los cuatro vientos, pero no los consume, o los consume en cifras demasiado bajas para esas expectativas que tanto pregonan.
Viví la época dorada de la blogosfera. Cuando tenía 15-16 años creé y abrí mi primer blog de fútbol. El primer paso de la marca 'MiRondo'. Quería que ese rondo fuera mi espacio cerrado, mi círculo de confianza, donde exponer y expresar ideas, conceptos, donde analizar partidos. Eran otros tiempos. Twitter no era lo que es actualmente. De hecho, creo que al principio de aquella etapa ni existía esa red social. Eran otros tiempos porque la gente dedicaba tiempo diario a leer, a analizar, a crear debates en comentarios, a pasarse por blogs amigos, aunque fuera para hacer spam de sus últimos artículos. Había feedback, se leían muchos blogs. Ahora, donde las redes sociales inundan todo de contenidos virales, de contenidos que son consumidos desde smartphones y tablets como tónica principal.
Entonces, ¿por qué he decidido crear un blog ahora, precisamente ahora? Todo nace de dos puntos: mi pasión por la escritura y la necesidad de escribir. Es un proyecto personal donde compartir, donde narrar, donde expresar. Posts con contenidos específicos, o simples pensamientos. Es la clave que me acompaña siempre. Un proyecto que nace de una necesidad personal. ¿No es fantástico crear un pequeño rincón, alejado de focos, donde poder expresar? Lejos de hacer visitas, de compartir contenidos virales. Reflexiones pausadas, calmadas, textos donde compartir ideas, donde dejarme llevar. Y si encima alguien lo lee ya mejor que mejor.
Por ello un blog, y no una web. Realmente es una web, porque incluyo apartados dedicados a mi persona y mi experiencia personal, pero el peso pesado es este blog, diferenciado en temática futbolística y el resto. Las dos piedras angulares de este proyecto que inició hace meses, que ha estado mucho tiempo en la sombra porque la necesidad era la misma precisamente: escribir, expresar. Ahora lo hice público, pero no por ello comparto en redes todo lo que escribo. Si creo que algo es imperdible casi me siento en la obligación de compartirlo porque estoy convencido de que es realmente interesante para que otras personas lo conozcan, pero nada más allá. Y lo bonito de todo esto es que hay gente que entra sin pedirlo, que vuelve a diario esperando leer algo que les entretenga un rato. Es fantástico.