Siempre he afirmado, porque así lo concibo, que aprender debe basarse en el interés. Todo aquello que cree un mínimo vínculo hará que se genere un interés, y en consecuencia todo parecerá más sencillo a la hora de asimilar conceptos, de aprender. No fue hasta superada la veintena, cuando dejé el instituto tras estudiar Bachillerato, cuando me empecé a sentirme realmente pleno con mis conocimientos. Cuando me di cuenta que realmente estaba haciendo algo que me gustaba fue cuando empecé a valorar el arte del aprendizaje.
Cada verano, por estas fechas, suelo guardar varias tardes para repasar mapas futbolísticos. Sí, mapas políticos, donde aparecen ciudades y zonas de los diferentes países seleccionados, y donde además están localizados los principales equipos de las ligas que me generan interés. Una forma de localizar a los clubes geográficamente, una forma de saber localizarlos, y una forma diferente de aprender. Al fin y al cabo se trata de eso, de aprender, de sumar conocimientos.
Una forma muy especial de entender el porqué de ciertas rivalidades. Evidentemente, esto se basa en el interés personal, en el interés de cada persona. Habrá quien piense que se trata de una pérdida de tiempo, pero a mí me sirve para ir preparando la temporada siguiente y para ir adquiriendo conocimientos bajo la excusa del omnipresente en mi vida fútbol.
Este año, más de lo habitual. Inglaterra (con sus 4 ligas profesionales), Italia, España, Alemania, Suiza, Países Bajos, y como capricho Islandia. Todos estos países con sus mapas futbolísticos, con sus equipos localizados. Lo compartí en Instagram Stories a modo curiosidad, usando la app precisamente para su uso más común: compartir momentos concretos que ocurren en ese preciso instante, y no en otro.
Fue una tarde interesante. Primero, por mí, ya que es algo que me gusta mucho, que me sirve para aprender y, segundo, porque al compartirlo en Instagram me di cuenta que muchísima gente (más de la esperada) utiliza el fútbol para precisamente eso, para aprender más allá del deporte. La geografía era el contexto más usado. Personalmente, recuerdo de pequeño conocer ciertas ciudades o regiones gracias a partidos de Champions League. Unos datos que a mi propia profesora le sorprendía que conociera, ya que era pequeño y quizás no me correspondía saberlo, como así ocurría con mis compañeros y compañeras de clase.
Es bonito compartir algo así y ver que mucha gente comparte ese punto de vista, ese aprendizaje quizás de forma secundaria, casi sin querer. Sobre todo con la Champions. Rondas previas, fases de grupos, que se convierten en auténticas enciclopedias de datos y curiosidades que, pese a que muchas veces no somos conscientes porque lo normalizamos, nos sirve de herramienta de aprendizaje.
Fue una anécdota bonita de compartir, y evidentemente supone que el comienzo de temporada está ya cercano. En apenas semanas inicia un nuevo curso deportivo y habrá que estar bien preparado, aunque sólo sea por motivos personales, sin más obligación que la impuesta por uno mismo.